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Retos virales y cómo evitar sus riesgos

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Los retos o juegos en redes sociales cada vez se hacen más populares y con esto aumentan los peligros que incitan a menores de edad a poner en riesgo sus vidas. Desde las autolesiones o la asfixia, hasta el desaparecer por 48 horas sin contacto alguno pueden causar situaciones incluso fatales. Por eso, ser consciente de estos desafíos y comprender por qué atraen a niños, niñas y adolescentes es importante para todos.

Claudia Garzón, directora del programa de Trabajo Social manifiesta que un reto es una invitación a la curiosidad y resulta seductor para el menor de edad debido al proceso de maduración de su cerebro: “el adolescente está dejando de ser niño y es el momento donde hace los filtros para construir su identidad; busca refuerzos y busca referentes para pertenecer y responder a esa necesidad de reconocimiento”. Por esta razón resultan naturalmente seducidos e impulsivos a actuar sin pensar en las consecuencias. 

Sobre la posibilidad de que los adolescentes reconozcan los riesgos e identifiquen los límites de estos retos virales, Garzón explica que esto se relaciona con la balanza emocional, es decir, “cuál es nuestra capacidad de relacionarnos condicionalmente con otros, pero también cuánta autonomía tenemos para identificar riesgos, límites y tomar decisiones”.

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En este proceso, la familia es la principal responsable en las decisiones que toman los hijos menores de edad, pues se ha visto que estas conductas violentas o irresponsables se van formando a lo largo de su infancia. Por eso, es importante el afecto y la autoridad para la formación integral de niños, niñas y adolescentes, “conocer y entender su mundo para cuidarlos, pero, sobre todo, de protegerlos de posibles organizaciones ilegales que buscan en los menores una debilidad emocional o familiar para cometer actos inhumanos”, afirma la directora. 

Para prevenir estas situaciones, Garzón precisa que es importante fortalecer el ambiente socioafectivo de los hogares a través de acciones como compartir, reír, abrazar, cuidar y no juzgar. Es recomendable que los padres busquen el equilibrio emocional para evitar recargar emocionalmente a sus hijos con situaciones de estrés, así como también educarse sobre los intereses y gustos de los niños para entender su mundo. Estos aspectos son claves para fomentar su crecimiento y desarrollar habilidades de pensamiento reflexivo y racional que serán muy importantes a futuro. 


 

 

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