El centro histórico de Bogotá, corazón cultural y arquitectónico de la capital colombiana, se establece como un espacio de gran valor patrimonial que cuenta con una historia rica y diversa. Sin embargo, la conservación de sus bienes culturales ha enfrentado retos significativos, en una conversación reciente con el Dr. William Pasuy Arciniegas, coordinador de la Maestría en Patrimonio Cultural Latinoamericano de la Universidad de La Salle, se abordaron los desafíos y oportunidades que rodean la preservación de este importante espacio urbano.
El estado actual del patrimonio en el Centro Histórico
Según el Dr. Pasuy, el centro histórico de Bogotá presenta un "aceptable nivel de conservación", aunque para que este estado sea suficiente, se necesita una mayor participación de la comunidad y una gestión más fuerte que acelere la recuperación de los bienes patrimoniales, ofreciendo más garantías a los propietarios. El equilibrio entre preservación y deterioro en este espacio depende de la atención constante por parte de entidades estatales, distritales y de la misma ciudadanía, quienes han reconocido el valor esencial de estos patrimonios. Sin embargo, aún existen bienes culturales en condiciones precarias o en riesgo de abandono, que requieren intervenciones urgentes.
La preservación del patrimonio en Bogotá ha sido respaldada por el Estado, el Distrito y propietarios comprometidos con la conservación. No obstante, el Dr. Pasuy subraya que se necesitan estrategias que incentiven una mayor inversión en edificaciones patrimoniales que se encuentren en deterioro, la falta de inversión adecuada es una de las causas que más amenaza a estos espacios que son piezas fundamentales en la identidad cultural de la ciudad.
La Universidad de La Salle y su rol en la conservación
La sede Candelaria de la Universidad forma parte del conjunto arquitectónico del centro histórico, lo que posiciona a la institución como un actor clave en los esfuerzos de conservación; el arquitecto destaca que, a través de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, no solo forman profesionales con un profundo compromiso con la conservación, sino que también lideran proyectos que buscan el fortalecimiento y la proyección de estos valores patrimoniales.
“La Universidad juega un papel muy importante, proyectando la apertura de espacios desde lo privado afines a lo público, lo que genera un impacto tanto local como regional”, afirma Pasuy. La interacción entre lo contemporáneo y lo patrimonial es clave en este esfuerzo, donde los estudiantes y profesores trabajan en la creación de proyectos que respetan las tradiciones arquitectónicas locales al mismo tiempo que introducen soluciones modernas y sostenibles.
Uno de los aportes más valiosos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo son los proyectos de investigación y restauración en los que participan sus estudiantes. A lo largo de los años, la facultad ha consolidado su liderazgo en temas de patrimonio cultural, gracias a una sólida tradición iniciada por arquitectos restauradores como Guillermo Trimmiño y Alberto Corradine, los trabajos de campo realizados por los estudiantes han permitido la formulación de inventarios, proyectos de intervención y valoración de bienes culturales, acciones que han resultado fundamentales en la salvaguarda de la memoria histórica de Bogotá.
Este compromiso va más allá de lo académico, según el arquitecto, "los proyectos son pensados desde la gente y para la gente". Es decir, se desarrollan en función de las necesidades específicas de las comunidades que habitan el centro histórico, buscando siempre generar un impacto social positivo a través de la intervención en el espacio físico.
Retos actuales y futuras iniciativas
La conservación del patrimonio cultural en el centro histórico enfrenta varios retos, entre los cuales el más importante es la apropiación social y colectiva. Como explica el Dr. Pasuy, la comunidad debe ser consciente del valor de estos espacios y de la necesidad de preservarlos, no solo por su importancia histórica, sino porque son fundamentales para el desarrollo sostenible del sector. "La educación integral en torno al patrimonio, desde la formación básica hasta los posgrados, es clave para crear una conciencia sólida", afirma Pasuy.
Los esfuerzos educativos que involucren a la comunidad en la conservación del patrimonio, tanto en términos culturales como arquitectónicos, serán esenciales para garantizar que las próximas generaciones valoren y protejan estos bienes. La interacción entre la arquitectura contemporánea y el patrimonio histórico será cada vez más importante, pues permitirá que estos espacios sigan siendo funcionales y relevantes en un contexto urbano en constante evolución.
La preservación del patrimonio del centro histórico de Bogotá requiere de una visión a largo plazo, donde se entienda que la historia y la modernidad no son mutuamente excluyentes. La Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de La Salle sigue comprometida con este objetivo, liderando proyectos de restauración, intervenciones urbanas y procesos de formación que promueven la conservación responsable del patrimonio.
La ciudad de Bogotá se enfrenta al reto de proteger su centro histórico, un lugar que ha sido testigo de siglos de desarrollo cultural y arquitectónico. Con el apoyo de instituciones como la Universidad de La Salle y el compromiso de la comunidad se puede asegurar que estos espacios seguirán siendo un legado vivo para futuras generaciones.
