En las últimas décadas, la educación ha experimentado una transformación significativa gracias a los avances en la tecnología. Uno de los progresos más notables ha sido el paso a la información. La tecnología ha permitido que los estudiantes accedan a una rica variedad de recursos en línea, desde libros electrónicos y videos educativos hasta plataformas de aprendizaje en línea. Esto ha democratizado la educación, ya que ahora es posible aprender sobre una amplia gama de temas desde cualquier lugar del mundo, eliminando las barreras geográficas y económicas.
Milton Suárez, docente de la plataforma Platzi destacó que el reto de la pedagogía desde los entornos digitales es la accesibilidad: “hoy en día no hablamos de la accesibilidad en internet y debemos preguntarnos: ¿las personas que tienen capacidad visual, auditiva y motora para acceder a Google? Otro ejemplo de esto es ¿cómo se puede adecuar una herramienta como Chat GPT para que a partir de comandos de voz cualquier persona pueda usarlo?”.
En el futuro, se espera que la educación continúe evolucionando de manera sorprendente. La inteligencia artificial (AI) y el aprendizaje automatizado podrían desempeñar un papel crucial al analizar los datos de los estudiantes para identificar patrones de aprendizaje y ofrecer recomendaciones personalizadas. Las aulas virtuales podrían hacer que la formación se aún más inmersivo y estimulante, permitiendo a los estudiantes explorar conceptos de manera práctica.
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Sin embargo, a medida que se avanza en el tema, también surgen desafíos importantes como la brecha digital y la inequidad en el acceso a la tecnología las cuales podrían profundizar las disparidades educativas. Es por eso que la educación del futuro debe garantizar que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades para acceder y beneficiarse de estas herramientas.
