Noticias

¿Se han preguntado si es posible mejorar la manera en la que aprendemos? Para tratar de resolver esta pregunta es útil que entendamos algunas características de la capacidad de aprendizaje, relacionadas con el tiempo durante el cual podemos aprender y sobre el volumen de información que podemos almacenar. La primera característica nos da a entender que los seres humanos demostramos una capacidad innata para aprender y esta capacidad funcionará -exceptuando casos- a lo largo del ciclo vital. Esto significa que aprendemos desde el mismo momento del nacimiento hasta nuestros últimos días. Y si proyectamos a futuro nuestra existencia, entenderemos lo especial que resulta esta característica del aprendizaje: podremos aprender durante toda la vida sobre cualquier tema de nuestro interés. La segunda característica habla del volumen de información que podemos almacenar en nuestra mente, la cual equivale a una cifra difícil de estimar; se habla de una unidad mayor a un petabyte (un millón de gigabytes).

El aprendizaje, además de ser una capacidad innata y virtualmente ilimitada en su extensión y en su volumen, es una habilidad. Y como habilidad es susceptible de ser mejorada, al igual que las demás habilidades que poseemos como seres humanos. Detengámonos a pensar en cómo hemos mejorado algunas de nuestras habilidades sensoriales que son aquellas que nos permiten aprender. Por ejemplo, entrenamos el oído cuando aprendemos a diferenciar entre tipos de voces, ladridos, timbres, tonos, o cuando identificamos cómo suenan los instrumentos en una canción. Entrenamos la vista cuando miramos una escena cualquiera y enfocamos rápida y precisamente las áreas que nos interesan. Al igual que podemos entrenar y mejorar nuestras habilidades sensoriales o motoras, también podemos entrenar y mejorar nuestra habilidad de aprendizaje. Si seguimos algunas pautas y recomendaciones para estructurar nuestro proceso de aprendizaje, es posible que a través del tiempo y luego de un esfuerzo sostenido, podamos mejorar nuestra capacidad de aprender.

Es posible que, a lo largo de nuestra vida cotidiana e incluso académica, no tengamos tan claro cómo mejorar nuestros procesos de aprendizaje. Sin embargo, podemos implementar en nuestros hábitos de estudio diferentes prácticas que nos permitan aprender más y aprender mejor. Siempre vamos a requerir esfuerzo para interiorizar conocimiento nuevo. Es posible que el esfuerzo sea menor, que el aprendizaje sea más sencillo y, como consecuencia, podamos incorporar más conocimiento en nuestra vida académica o cotidiana. El proceso de mejoramiento de la habilidad de aprendizaje es variable y cada persona puede configurar sus propias estrategias para mejorar. No es factible hacer una recomendación general que funcione en todos los casos para quien desea mejorar su habilidad de aprendizaje, pero sí podemos mencionarte algunos tips:

1. Identifica cuáles son los contenidos que te permiten aprender de manera más sencilla y resumida: ¿Prefieres los mapas conceptuales, los videotutoriales, los textos?
2. Gestiona las emociones que inciden en tu proceso de aprendizaje: ¿Logras identificar si algún estado emocional facilita o interfiere en tu aprendizaje?
3. Controla los estímulos distractores: ¿Cuál es el estímulo distractor más fuerte en tu entorno, el celular, la música, los murmullos, el exceso o falta de luz?
4. Monitorea tu proceso de aprendizaje: ¿Puedes reconocer en qué momentos y gracias a qué tipo de información o práctica logras tener un aprendizaje significativo?
5. Evalúa tu proceso de aprendizaje: ¿Puedes identificar cuánto ha avanzado tu proceso de aprendizaje y gracias a qué tipo de contenidos o prácticas?

Estas son solo algunas recomendaciones que te permitirán tener una visión al interior de tu proceso de aprendizaje y con ello, iniciar un proceso estructurado para el mejoramiento del aprendizaje, ¡anímate a googlearlo para salir de dudas y a consultar al equipo de acompañamiento académico de la dirección de bienestar!

Te esperamos del 16 al 22 de marzo en cada una de las sedes de la universidad para celebrar el Día Mundial del Aprendizaje, con algunas actividades presenciales y virtuales para generar conciencia sobre la importancia del aprendizaje. No solo como un vehículo que nos permite adquirir nuevo conocimiento, sino como una capacidad que puede ser mejorada constantemente. Conocer cómo aprendemos, cuáles son los recursos que mejor se adaptan a mi estilo de aprendizaje, cuáles son mis áreas débiles y cómo monitorear mi propio proceso de aprendizaje, son algunas preguntas que todos los estudiantes debemos hacernos como punto de partida para mejorar nuestro proceso de aprendizaje.

¡No faltes!